Dando Bendición de la Unidad a larga distancia a través del teléfono a los familiares de un General militar

He dado Diksha a larga distancia a través del teléfono a los familiares de un General militar (que se llama Arturo)que se encuentran en el Distrito Federal en la ciudad de México. Una de ellas, es una joven de 21 años que se llama Guadalupe, y quien –para horror de su familia- de un día para el otro, se encontró sumida en un coma diabético sin siquiera la habilidad de respirar por ella misma. Hubo que realizarle una traqueotomía y los médicos pensaban que no tenía muchas posibilidades de vivir. Pasaron varios días, cuando Arturo desesperado, me preguntó si había algo que yo pudiera hacer; así que ofrecí darle un Diksha a larga distancia a través del teléfono, con su papá sosteniendo el celular en el oído de Guadalupe, mientras yacía en coma en el hospital. Yo, al mismo tiempo, miraba la foto de ella en su cama del hospital, que Arturo había tomado y me envió con su teléfono celular.

Guadalupe en coma sufriendo


Unos días después de aquel primer Diksha, sentí que debía llamarla de nuevo y darle otro Diksha, hablándole en una cadena celular que iba del teléfono del Arturo, al de su papá; explicándole a su alma, a través de su cuerpo inconsciente, que yo sabía que ella tenía deseos de vivir, y pidiéndole que se conectara con Dios dentro de su corazón y le pidiera su ayuda para sanar su cuerpo enfermo.
Su cuerpo estaba en coma, pero yo sabía que su alma podía oírme.
Me da mucho gusto decir que una semana después, llamamos al hospital nuevamente, y al no recibir respuesta, rápidamente llamamos a su casa para hablar con sus papás. Una mujer muy gentil contestó el teléfono. Arturo pidió hablar con los el papá o la mamá de la chica; la mujer dijo que no estaban en casa, pero ella podía tomar un mensaje.
Arturo le explicó que estaba preocupado por no haber tenido respuesta en el cuarto de hospital y quería hablar con los familiares para saber del estado de salud de Guadalupe… ella le dijo que Guadalupe estaba bien y que de hecho era ELLA al teléfono,
que estaba MUY BIEN!

Arturo apenas podía creerlo y ambos lloramos de alegría…
Le contó cómo había rogado a Dios por un milagro y que había sentido que debía pedir a Alexis si podía ayudar de alguna manera, y que inmediatamente yo había ofrecido darle un Diksha de sanación de larga distancia a través del teléfono. Le contó cómo me había mandado su foto en el celular y que cada vez que nos vimos durante esa semana, tomé la oportunidad de darle otro Diksha –a su foto-, aun cuando su papá no estuviera disponible telefónicamente, ya que yo deseaba profundamente conectarme con ella en todas las formas posibles para que Bhagavan pudiera realizar sus milagros. Arturo estaba conmovido por esto y le comentó con cuanto amor estuve insistiendo. Guadalupe al saberlo, echó a llorar agradecida.
Entonces, me dio el teléfono y yo me presenté y le platiqué de las veces que la llamamos para compartir con su cuerpo inconsciente la Gracia y la Sanación, y ella continuó llorando lágrimas de agradecimiento. Me contó entonces, lo deprimida que se sentía al no poder entender cómo le había sucedido a ella esa experiencia del coma. Comentó que no recordaba nada cuando despertó del coma y empezó a respirar por ella misma; entonces, los médicos retiraron la traqueotomía y unos días después estaba en casa llevando su vida normal para TOTAL ASOMBRO de los médicos ante su rápida recuperación.
Los médicos no podían creer la velocidad con que su cuerpo había vuelto a la normalidad y sobre todo, estaban asombrados ante la desaparición del daño cerebral del cual no podían encontrar ningún rastro, aún cuando este aparecía en las radiografías que se le habían hecho a Guadalupe.
Una vez que ella volvió en sí, la lesión había desaparecido absolutamente.
¡Gracias Amma y Bhagavan!!
Ella me agradeció profundamente sin poder contener el llanto y yo le di otro Diksha telefónico, y en ese momento le recordé que sólo existe Dios y él es el Milagro detrás de todo y le pedí que orara en agradecimiento.
Entonces hablamos con sus papás en sus oficinas y escuchamos su felicidad de tener a su hija de vuelta, luego de haber sufrido tremendamente al recibir las noticias médicas de oscuridad y desesperanza en su prognosis. Ambos padres sentían verdaderamente que su hija había vuelto a nacer. Luego de tan aterradora experiencia para ellos, fue un honor para mi el compartir su alegría. Sólo deseé que ellos pudieran también sentir una profunda paz interior, sensación que hasta ahora, ellos solamente habían soñado.
Decidí entonces compartir con ellos la Gracia –también por teléfono- lo que les dio a ambos un gran estado de paz y tranquilidad.
Bhagavan y Amma reunieron otra familia feliz en México…
¡Gracias Bhagavan y Amma por tanta Gracia y Milagros!


Alexis